Fachada de la galería. Noviembre 2016.
Vista de exposición.
Cercas. 2016, texto mecanografiado sobre papel notarial antiguo.
Vista de exposición.
Planos (Bogotá). 2008, 35 x 43 cm, manuscrito en tinta sobre papel.
Vista de exposición.
Palabras voraces. 2016, 61,3 x 57,4 cm, texto mecanografiado sobre papel morera.
Vista de exposición.
Vista de exposición.
Agujas. 2015, 53 x 53 cm, agujas industriales y cobre sobre mdf.
Concierto 5o48, Concierto g07h. 2016, objetos de madera encontrados y laca negra.
Vista de exposición.
Vista de exposición.
Fuga (del 1 al 5). 2009, 59,5 x 43 cm, agujas de acero sobre papel impreso.
Canción sefardita. 2009, 47,3 x 62,3 cm, texto mecanografiado sobre papel.
Información
Johanna Calle (Bogotá, Colombia, 1965) se empezó a enfrentar al arte a través de la pintura como una forma de nombrar, de ponerle nombre a las cosas allí donde el lenguaje no alcanza. Pertenece a esa generación de artistas que ha colocado a Colombia como gran potencia y matriz de creadores de significados singulares como Doris Salcedo, Leyla Cárdenas o Antonio Caro, lo que se conoció como el boom colombiano y colocó al país latinoamericano de una manera destacada en la pole de salida del arte contemporáneo internacional. En Semántica Calle avanza en técnicas y temas que ya son piel de su trabajo, condición innegociable de su acuerdo, traducido como desacuerdo, con la realidad. Donde el lenguaje adquiere una nueva significación y el acto de dibujar es abordado como razón de ser.
Con Semántica la artista colombiana, que vive y trabaja en Bogotá, explora temas que viven en su obra desde casi los inicios de su carrera. Injusticia social, cuestiones ambientales, roles de género y fundamentalmente las convenciones del lenguaje. Cómo delimita o estrangula la palabra el contorno de la realidad donde todos habitamos, hasta dónde se puede ser dependiendo de hasta dónde se puede nombrar y cómo se organiza todo lo que queda ahí fuera, comúnmente conocido como realidad. Las diferentes maneras que encuentra Johanna Calle de acercarse al acto de dibujar se caracterizan por las múltiples técnicas que lleva trabajando –investigando- desde hace años. Como en el caso de algunas obras de Semántica, encontramos materiales como agujas industriales, cobre, alambres o hilo quirúrgico que le sirven para empujar al dibujo a nuevas y múltiples funciones estéticas. Entre otros, se puede ubicar en el trazo de Johanna Calle a maestros colombianos del dibujo como Miguel Ángel Rojas, Óscar Muñoz y Luis Caballero. Una tradición que la artista lleva muy presente.
Calle, que fue alumna y asistente durante unos meses de la artista Doris Salcedo, pasó 3 años en Londres estudiando pintura hasta que regresó a su ciudad en 1995. Allí conoció entre otros el trabajo de la artista Rachel Whiteread, encuentros con el arte y nuevas maneras de gestionar la sensibilidad que modificaron en algo su instinto creador. A su vuelta a Colombia se embarca en grandes proyectos, como Nombre propio (1997-99), un trabajo que le llevó 2 años para componer un gran álbum del dolor cosido con los rostros de niños desaparecidos en su país. Una trayectoria brillante y singular que encuentra en esta exposición todos los puntos de anclaje del arte de Calle: estructuras subvertidas, renglones como metáfora de una enseñanza rígida y normativa o alfabetos que han perdido su función comunicativa.
Daniel Fernández-Cañadas